viernes, 3 de abril de 2009

Contra Albert Einstein (Sobre la debatibilidad de las teorías)

Recientemente descubrí que el espacio es curvo. Bueno, descubrí es mucho decir: en realidad, descubrí que Einstein descubrió. Y no crean que es cosa de ahora (hablo a todos los que se asombran ante el enunciado anteriormente expuesto de la curvatura del espacio); hace de esto algunas décadas ya.
Esto viene a derrumbar por el suelo (trágica ironía) a la teoría de la gravedad, que justo ahora me vengo a enterar que no existe. Pues sí, yo también abrí los ojos así de grandes. El punto es que no hay una fuerza que nos atraiga hacia la Tierra, sino que es el espacio alrededor el que nos empuja hacia ella. Los objetos de gran masa (el Sol, la Tierra, etc.) son los que generan esta curvatura (ver imagen). "Flipante", diría un español[*].
¡Lástima toda la historia de Newton bajo el manzano; era tan romántica! El hombre recostado a la sombra del árbol, observando quizás el horizonte verde-Chernobyl de Woolsthorpe, su pueblo natal[**]; la fruta que cae repentinamente sobre su cabeza; el científico que la lleva a su laboratorio; su madre que cocina un magnífico apple pie.
Cuando, por la noche, el joven Isaac sintió un esbozo de jaqueca, recordó el golpe con la manzana. Comprobaron sus biógrafos que en ese momento se preguntó, aturdido, "¡¿Qué mierda...?!"; sin embargo, no han llegado a establecer si fue por rememorar el susto que se pegó o porque le vino de lleno su innovadora teoría de la gravedad.
Vamos a quedarnos con esta última opción, pero, no obstante, no podremos decir que la idea cayó sobre su mente, sino que el espacio alrededor de ésta empujó a la idea. ¡Un aplauso para Albert por aclararnos las cosas! Pedazo de pelotudo...
¿Qué romanticismo presenta la concepción de la teoría de la curvatura del espacio? ¡Ninguna! El tipo estaba sentadito en su escritorio, solo como una ostra [***], y de repente, pum, le vino la idea. Punto final y a otra cosa. Ahora resulta que cualquier científico descabellado (y no lo digo por decir: hay que ver la pelambre que tenía Einstein) viene trescientos años después y se mete con las deducciones de uno... "¡Joder!", diría un español.
Si algún pelafustán se mete con mis teorías, aunque lleve quinientos años muerto, juro que salgo de la tumba y le voy a jalar las patas...
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[*] También diría "¡Pero es que sois unos capullos...!". Claro que en otro contexto.
[**] La particular coloración que toma la línea divisoria del cielo y la tierra en Woolsthorpe, Lincolnshire (Reino Unido), se debe (descubrió también Einstein, quien, por otro lado, parece haber tenido algo en serio en contra de Newton) a una cualidad propia del césped de aquel remoto paraje de Inglaterra. La especie Festuca arundinaceae, autóctona de Lincolnshire, libera esporas alucinógenas.
[***] Su esposa Mileva se había ido con los niños a la casa de su madre.

1 comentario:

Edd Stargazer dijo...

Por eso es mejor inventarte el agua tibia, tal vez no trasciendas como un gran descubridor de algo, pero al menos se acrodarán de ti como "ese tipo era un kgue de risa". Me parece menos frustrante