jueves, 27 de marzo de 2008

El peligro de los baobabs instantáneos (Pequeña teoría del amor a primera vista)

Ya lo decía el Principito. Nacen de una semilla ínfima. Minúscula. Insignificante. Más tarde, sin embargo, para quien no los taló desde un principio, para quien no los distinguió del inofensivo rosal, pueden tornarse baobabs gigantes y destruir con sus raíces el perfecto entramado interno del planeta.
Pongámoslo así: uno viene tranquilo. Como siempre, bah. Quizá un poco distraído. Quizá muy distraído. Es más, ha pisado un chicle y recién se percata. En suma, el colmo del despiste. Levanta la vista por instinto (pues siente que no debe hacerlo) y allí está: algo, Alguien, Una Alguien. ¡Pum! ¡Bang! ¡Splash! Estallido de onomatopeyas en el bulbo raquídeo[*], resplandor del inconsciente que nos cosquillea las orejas.
Claro, se acerca como en cámara lenta (¿por qué tiene que ser así: para verla mejor o para prolongar el sufrimiento?) y uno que no puede moverse para no delatar su estupidez. Chicle, zapato, piso, zapato, chicle. Mano, bolsillo, teléfono: única manera de disimular el shock emocional del que he sido presa. Lo que el celular dice por mí: "Estoy preocupado de la hora" o "Me acaba de llegar un mensaje; ergo, soy popular", entre otras cosas. Lo que yo diría si tuviera palabras: "Ya no importa la hora" o "Ya no importa la gente", entre otras cosas.
Un baobab enorme e instantáneo: ni tiempo hay para talarlo. Llega, se instala, crece: tres etapas que son una sola. Durante un par de días nos tapa la luz del sol. Ponemos la hamaca entre sus ramas y, listo, uno se queda allí reposando. El entramado interno se fue al carajo. La raíz traspasa el pecho de lado a lado. Punto.
Y un día despierto y el chicle no está ahí.
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[*]Parte del cerebro encargada del mantenimiento de las funciones involuntarias.

10 comentarios:

Chopán dijo...

Me gustaría no ser tan buen jardinero, porque aunque a veces descuido un baobab nunca dejo que mueran... jeje, me encantó este post :P

Nika dijo...

vengo por recompendación del Pancho, vengo y me quedo ;)

genial post.

austro-boy dijo...

doble agradecimiento: al Pancho por la publicidad y a ti, Nika, por las flores

Edd Stargazer dijo...

que bacán comparación... yo siemrpe he considerado eso más bien un virus de computadora... pero ya sabes como es mi visión de la vida. No es tan literaria y poética. Realmente me encantó este post

Unknown dijo...

Sigamos la ola de aplausos, aunque mi ovación es de pie. Que buen post, carajo!

Ojalá este post haya nacido de un encuentro baobabsiano que, aunque no haya acabado en nada (ni tender una hamaca), siempre te dejan con una sonrisa de hornado.

Nacho dijo...

No le caché, no mentira.

Vagandomundos dijo...

mmm, la pregunta es, ¿cuál es el nombre de este baobab que ocasiona que vuelvas a bloguear?

austro-boy dijo...

jaja... se cuenta el milagro pero no el santo... así es la frase??

Annagrisel dijo...

tres palabras: qué buen post!

Pablo Garzón dijo...

rara vez entro a curiosear en los blogs... de hecho, generalmente, lo hago por recomendaciones... pero, como te dije, solo puedo decir algo: eres un maestro!!

p.d.

de nada... jajaja!!